EL
MOMENTO QUE NO QUERÍA ACEPTAR LLEGABA POCO A POCO.
Por la fuerte presión psicológica con desgaste físico y
mental de la operación militar desde el día anterior (03FEB92) sin haber
ingerido alimentos, ni descanso desde el ½ día, todos los involucrados
oficiales y tropas regulares bajo mi mando y con una verdadera visión de
lo que había pasado en Caracas,
Valencia y Maracaibo, saque mi conclusión la cual fue trasladar a todo
el personal bajo mi comando a la sede de la 42 Brigada de Paracaidistas, ello
con el propósito de reforzar al Comandante URDANETA Hernández en el
cumplimiento de su misión, pero siempre preservando la vida de mis
subordinados, aproximadamente a las 13:40 hrs, llame al May (AV) José Norbis
AÑEZ Valbuena diciéndole que mi misión en La BAEL había concluido,
le entregue una cadena y anillo recuerdo de mi difunto padre, pidiéndole el
favor de que se los entregara a mi esposa Marialba ya que decidí replegarme con
todos los efectivos al Cuartel San Jacinto con el objeto de reforzar al
424 Batallón de Apoyo GARCIA de Sena, al mando del Tcnel URDANETA Hernandez,
seguidamente le ordene a los oficiales que reunieran a la tropa y con las
medidas de seguridad conocidas mediante una marcha motorizada nos
dirigiríamos al Cuartel San Jacinto en Maracay.
Al ingresar la columna motorizada a la instalación militar
y llegar a la avenida principal del cuartel observe a distancia la presencia
del General (EJ) Carlos MORENO Guarache, Comandante de la 42 Brigada de
Infantería Paracaidista y no vi por ningún lado al Comandante URDANETA
Hernández, deducción, la unidad fue tomada por las fuerzas leales al gobierno y
no había nada que hacer militarmente, a cierta distancia se me acerco el
General y me dijo que el golpe fracaso en todos los lugares donde habíamos
actuado y me conmino a que depusiera mi actitud, sin mas que pensar en planes
alternos decidí hacerlo por la integridad física del personal, le
entregue mi pistola de reglamento y una granada ofensiva que tenia en el
bolsillo, reuní a todo el personal bajo mi mando y les dije lo siguiente:
¨ SOLDADOS Y OFICIALES QUE ME ACOMPAÑARON EN LA
OPERACIÓN MILITAR QUE NO PUDIMOS CULMINAR, LES DOY LAS GRACIAS Y ME
SIENTO ORGULLOSO POR SU VALENTIA, NACIONALISMO y ESPIRITU COMBATIVO
COMO SOLDADOS DE LA PATRIA, POR OBRA DEL DESTINO NO LOGRAMOS
CONCLUIR LA MISION QUE TENIA CON USTEDES, MI AGRADECIMIENTO ETERNO POR
HABER PARTICIPADO BAJO MI COMANDO.¨
DESCARGEN SUS ARMAS Y ENTREGUENLAS.
MUCHAS GRACIAS.
A partir de ese momento, personalmente me considere un
procesado militar incurso en el delito de REBELION MILITAR y por mi mente
en segundos corrieron como un video el destino que me esperaba como tal,
la perdida de ipso facto de mi carrera militar al recordarme de los
alzamientos militares fracasados de la década de los años 60 (PORTEÑAZO,
CARUPANAZO Y BARCELONAZO) pero al mismo tiempo sentí el orgullo de ser militar
del GLORIOSO EJERCITO BOLIVARIANO 200, y de haber participado en la Operación
de Salvación Nacional Ezequiel ZAMORA, única alternativa para que mis
compatriotas tuviese un futuro mejor que el que estábamos viviendo en ese
momento, con los 3 poderes (EJECUTIVO,LEGISLATIVO Y JUDICIAL) funcionando
con justicia, que son la columna vertebral de una nación prospera,
productiva, auto-suficiente, sin que la corrupción este institucionalizada e
imperando en todos los niveles, que esta no sea una cultura donde el mas vivo
es el que roba mas porque lo ponen y reparte a los de arriba y a los de abajo
como integrantes todos de una mafia o cofradía, que el pueblo tenga lo básico,
trabajo, educación, transporte, salud y seguridad. Que la justicia sea para
todos por igual y los jueces sean los más probos y justos cuando apliquen la
balanza de la ley que los faculta para tomar sus decisiones ajustadas a derecho
reflejadas en el Código Penal y demás Leyes y Constitución Nacional
la cual es la primera violada e interpretada al mejor gusto de cada quien.
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